Modelos híbridos de trabajo. ¿En qué consisten?
Si desde hace ya algunos años en el entorno empresarial se habla de la filosofía “agile” como nuevo paradigma, ante las necesidades de una nueva sociedad líquida en la que todo fluye a una velocidad vertiginosa, a raíz de la pandemia esta nueva concepción de la empresa y de la sociedad se ha acentuado aún más. En este nuevo contexto en constante cambio y movimiento, las personas están en el centro y se hacen necesarios nuevos #espaciosdetrabajo que se adapten a esta nueva realidad.
Si hasta hace poco el diseño de oficinas se debatía entre oficinas privadas u “open spaces”, en donde el número de personas por metro cuadrado, el coste y la productividad eran variables casi únicas a tener en cuenta, la brusca irrupción del trabajo remoto en las empresas, ha hecho que apareciese la necesidad de combinar trabajo en la oficina con teletrabajo, surgiendo fórmulas híbridas, con poca repercusión hasta este momento.
Gran aportación en este sentido lo realizan las #oficinasflexibles y los #coworking en los #centrosdenegocios. Con ellos se ha facilitado un cambio de cultura empresarial adaptados a las nuevas necesidades de #flexibilidad que requieren actualmente las empresas.
El Modelo Híbrido o modelo de trabajo mixto es aquél que se consolida tras la pandemia como el modelo ideal de trabajo.
Sería aquél que combina de forma equitativa la modalidad presencial y la modalidad remota. No existe una única manera de aplicarlo, habrá tantos modelos híbridos como empresas y no solo eso, dentro de una misma compañía, puede ser necesario implementar diferentes formatos en función de las características y necesidades de cada puesto de trabajo.
Independientemente del método de organización, el objetivo de un espacio de trabajo híbrido es equilibrar las necesidades individuales de cada trabajador con su capacidad de colaborar y ser productivo en un espacio de trabajo compartido.
La forma en que cada empresa decide operar en un entorno híbrido depende de muchos factores: sus necesidades, actividad, sus objetivos, perfil de sus trabajadores…Por ello, existen tantos modelos híbridos como empresas.
Un ejemplo de modelo híbrido de trabajo podría tener dentro de la misma organización a equipos que trabajen en horarios escalonados, con intercambio cada dos semanas, en una oficina fija.
Otra forma de organización híbrida podría ser casi completamente remota, con empleados que se junten para asistir a reuniones presenciales, o podrían estar casi en su totalidad en la oficina, con solo un pequeño grupo de empleados o equipos que trabajen en remoto.
Una forma muy habitual de aplicarlo es manteniendo a una parte del personal trabajando permanentemente en la oficina y la otra combinando ambas modalidades.
Trabajar de forma presencial favorece la socialización de los trabajadores, que se sientan vinculados a la empresa, comprometidos con ella. Por otro lado, la identidad y los valores culturales de la organización también son más fáciles de mantener y transmitir en un modelo presencial.
En el otro extremo, el trabajo en remoto también proporciona ventajas. Mejora la conciliación entre vida familiar y profesional, impulsa la digitalización del tejido empresarial, contribuye a reducir el impacto de la actividad en el medioambiente, reduce los costes operativos, el número de desplazamientos, etc.
El modelo de trabajo híbrido permite aprovechar lo mejor de ambas formas de trabajo y podría ser el escenario ideal para algunas empresas, ya que combina la flexibilidad y autonomía del trabajo remoto con la sociabilidad de la oficina fija.
En cualquier caso, el éxito de su implementación dependerá de la estrategia de compañía y no es aplicable a todos los casos.
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