Cumplir con los objetivos que uno se marca no resulta una tarea fácil. Las causas que impiden que los alcancemos pueden ser muchas y, aunque nos empeñemos en utilizar la clásica excusa consistente en echar las culpas a las circunstancias o a hechos inesperados, estas dos razones no suelen ser las culpables.
Al contrario, la falta de realismo al programar un plan, la procrastinación o no tener los objetivos claros son algunas de las causas más comunes que impiden que no alcancemos las metas que nos hemos propuesto.
En este artículo vamos a abordar uno de los sistemas que mejor ayudan a visualizar, concretar y alcanzar objetivos: el método SMART. Desarrollado por el investigador George T. Doran, se trata de una propuesta que busca cumplir con los propósitos de forma inteligente y eficiente.
Su nombre es un acrónimo formado por las palabras Specific (específico), Measurable (medible), Attainable (alcanzable), Realistic (realista) y Time-bound (tiempo limitado). Para entenderlo mejor, nos detendremos en cada una de estas letras.
Specific o específico
Este punto hace alusión a que debemos precisar muy bien qué objetivos queremos cumplir. No vale con plantearse metas como “quiero ganar mucho dinero” o “mi página web debe ser la mejor”, sino que tenemos que marcarnos objetivos muchos más claros y definidos.
Frente a estos conceptos ambiguos, ejemplos de propósitos específicos serían “quiero que mi web tenga un 20% más de tráfico” o “en dos años, debemos aumentar las ventas un 15%”.
Measurable o medible
Debemos marcarnos objetivos que se puedan medir con el fin de que podamos comprobar con precisión si se han cumplido o, de no hacerlo, conocer hasta qué punto hemos llegado. Esto resulta sencillo con propósitos que se pueden traducir en cifras concretas y en parámetros, como por ejemplo resultados de venta, aunque hay otros más abstractos o que responden a un mayor número de estadísticas.
En cualquier caso, hay que tener claro cómo se va a medir antes de marcar el objetivo. Con este punto lograremos aumentar la motivación, ya que nos permitirá ser conscientes de nuestro trabajo.
Attainable o alcanzable
Por mucha ambición que pongamos a un proyecto, de nada servirá el empeño que genera si los objetivos son fantasiosos. Así, hay que conocer nuestra situación actual y proponerse objetivos acordes a esta coyuntura, que se puedan alcanzar.
Marcarse metas como “quiero que mi nueva marca deportiva de ropa, que todavía no conoce nadie, venda más que Nike el mes que viene” resulta absurdo y solo servirá para desmotivarnos al ser imposible de alcanzar.
Realistic o realista
Como ya se puede vislumbrar en la palabra anterior, hay que ser realista a la hora de marcarnos metas. Precisamente, conocer las capacidades con las que se cuenta y la situación que nos rodea nos permitirá fijar objetivos que se adscriban a la realidad.
Time-bound o en un tiempo limitado
Por último, los objetivos que decidamos plantearnos deben desarrollarse en un tiempo concreto, limitado. Así, frente a una estimación parcial y amplia del tiempo que nos va a llevar un trabajo, resulta mucho más eficaz dividirlo en varios pasos y que estos se repartan en determinados plazos.
Esta calendarización se retroalimentará, además, con todas las letras anteriores (servirán para cada tarea y, a su vez, cumplir cada tarea nos acercará a la meta final) y nos resultará mucho más llevadero lograr los objetivos que nos marquemos.